Con los notables efectos del cambio climático en los últimos años, han aumentado las maneras de trabajar en todos los sectores con el objetivo de realizar prácticas más sostenibles. Frente a estos nuevos desafíos, surge la agricultura regenerativa, una práctica agrícola que va más allá de la sostenibilidad: busca el equilibrio con los ecosistemas y crea sistemas productivos que beneficien tanto al medio ambiente como a las comunidades rurales.
Este modelo representa una agricultura en equilibrio, priorizando la salud del suelo, la biodiversidad, la calidad de los alimentos y la resiliencia al cambio climático.
¿Qué es la agricultura regenerativa?
La agricultura regenerativa es un conjunto de prácticas agrícolas orientadas a cuidar y reforzar la capacidad de la tierra, apostando por su restauración a través de fomentar la vitalidad de los ecosistemas. No se limita a la producción, sino que pone el foco en el suelo agrícola, en su recuperación y cuidado y en evitar el daño ambiental y revertirlo. Este tipo de agricultura sale de modelos convencionales y se apoya en procesos más naturales.
Este cambio de enfoque representa que el agricultor ya no es solo un gestor de la tierra, sino de los ecosistemas, mejorando la calidad del suelo y también de los alimentos, a través de la utilización de herramientas que respetan el entorno y generan beneficios a largo plazo. Se presenta como una visión de futuro donde el campo y la naturaleza prosperan juntos.
Principios fundamentales de la agricultura regenerativa
La agricultura regenerativa se construye a partir de unos principios fundamentales:
- Salud del suelo como base: el suelo es un organismo vivo que necesita aireación y diversidad, aplicando técnicas como la cobertura permanente del suelo con cultivos o restos vegetales y la reducción del laboreo intensivo que lo degrada.
- Diversificación de cultivos: se promueve la rotación y asociación de cultivos frente al monocultivo, reduciendo plagas y mejorando la fertilidad.
- Minimización de elementos químicos: se reemplaza el uso de fertilizantes químicos muy utilizados en la agricultura, por el uso de fertilizantes naturales que devuelven nutrientes al suelo. También se busca reducir drásticamente el empleo de pesticidas y herbicidas por otros métodos alternativos ecológicos.
- Eficiencia en uso de agua: se implementan sistemas de riego automático, sensores de humedad y prácticas de aumento de la infiltración y retención del agua en el suelo para el mínimo desperdicio del agua como recurso escaso.
- Resiliencia al cambio climático: con una mejora de las condiciones del suelo, consiguiendo que sean más fértiles y biodiversos, son más capaces de resistir condiciones climáticas adversas, como sequías y temperaturas extremas.
- Bienestar social y económico: se extiende el bienestar más allá de lo ecológico, promoviendo la mejora de la calidad de vida de agricultores y consumidores.
Beneficios de la agricultura regenerativa
Las prácticas de la agricultura regenerativa conllevan una serie de beneficios generales, tanto para la sociedad y la comunidad agrícola como los cultivos:
Mayor biodiversidad
Favorece ecosistemas equilibrados.
Mejora del suelo
Recupera su estructura y fertilidad, haciendo que sean más productivos a largo plazo.
Seguridad alimentaria
Los cultivos ganan más calidad nutricional con la reducción de químicos y el cuidado del suelo.
Reducción del impacto ambiental
Disminuye la contaminación y el desperdicio.
Resiliencia de los sistemas agrícolas
Se fortalecen los cultivos y resisten mejor las enfermedades y fenómenos climáticos extremos.
Sostenibilidad
Menos uso de agroquímicos, mayor eficiencia y mejores precios.
Agricultura regenerativa e IoT
La integración de la tecnología con la agricultura ya ha empezado a revolucionar la manera de trabajar en el campo. En el contexto de la agricultura regenerativa, permite dar un salto cualitativo hacia una gestión más eficiente y precisa. Gracias al uso de sensores, plataformas de análisis y sistemas inteligentes, se pueden tomar decisiones informadas, reducir costes y aumentar la sostenibilidad. Te contamos algunas aplicaciones clave:
- Evaluación inicial del suelo: a través de los sensores que miden diferentes parámetros, como el pH, el nivel de nutrientes o la humedad, se puede realizar un diagnóstico preciso del estado del suelo inicial para saber qué necesita cada parcela.
- Optimización de riego: con los sistemas de riego inteligente, se ajusta la cantidad de agua real necesaria en función de la humedad del suelo y las condiciones climáticas, reduciendo el desperdicio y maximizando la eficiencia.
- Optimización del uso de fertilizantes: conociendo el estado del suelo, se pueden aplicar dosis exactas de biofertilizantes y reducir al mínimo el uso de químicos.
- Monitorización continua del campo: control en tiempo real de las variables del estado del suelo, calidad del aire y del agua, crecimiento de los cultivos, etc. Además, se pueden anticipar enfermedades o problemas de déficit nutricional.
- Adaptación al cambio climático: todas estas prácticas contribuyen a mejorar la resiliencia del suelo, ya que permiten evitar el desperdicio de recursos, conocer su estado de manera más precisa y fortalecerlo frente a condiciones adversas.

Conclusión
La agricultura regenerativa se presenta como una alternativa transformadora frente a los modelos convencionales. Combinado con las herramientas tecnológicas actuales, se convierte en un modelo capaz de maximizar la eficiencia, reducir el impacto ambiental y fortalecer el suelo agrícola antes cualquier adversidad climática, teniendo en cuenta la seguridad alimentaria y el bienestar del medio ambiente y el sector agrícola.
En Loraontech, estamos comprometidos con la sostenibilidad y con un futuro agrícola sano y resiliente. Somos especialistas en agricultura inteligente y acompañamos a los agricultores en su evolución hacia prácticas más avanzadas y sostenibles. ¡No dudes en contactarnos!
